Historia 

Por mandato constitucional, El Consejo Superior de Salud Pública fue creado el 24 de agosto de 1956,  tomando protesta de Ley e instalándose el primer Consejo Directivo el día 11 de septiembre de ese mismo año.

Inicialmente, el Consejo Superior de Salud Pública estaba conformado por su Presidente, Serafín   Quiteño, su Secretario, el Br. Rosendo Aguilar Chavarría, y nueve miembros propietarios, y sus respectivos suplentes, quienes conformaban el Consejo Directivo, estos pertenecían a las profesiones de Medicina, Odontología y Químico Farmacéutica.

Para su funcionamiento contaba con la subvención del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, quien además había donado la mayor parte del equipo con que se trabajaba. Fue en noviembre de 1992, que la Asamblea Legislativa aprueba la “Tabla de Ingresos por Derechos” que cobraría el Consejo Superior de Salud Pública; a partir de esa fecha le permite contar con nuevas fuentes de ingresos para su funcionamiento, fortaleciendo de esa forma sus unidades organizativas.

Con el pasar de los años y conforme a la Ley, el Consejo Directivo se constituyó con 21 miembros, tres de cada profesión relacionada a la salud, más su Presidente y Secretario.

En 1996, gracias al ahorro sostenido desde la entrada en vigencia del decreto antes mencionado, se pudo adquirir el edificio que actualmente alberga las oficinas administrativas  y sus siete Juntas de Vigilancia.

 

Filosofía 

Misión

Somos el organismo encargado de velar por la salud del pueblo, verificando el cumplimiento de la ley, vigilando el  ejercicio de la profesión y disciplinas relacionadas, así como el funcionamiento de los establecimientos de salud, contando para ello con personal competente y comprometido en brindar servicios de calidad a la población.

Visión

Ser una institución reconocida por su gestión que proteja y garantice a través de la regulación del ejercicio de las profesiones y de los establecimientos de salud, asegurando que la población reciba servicios de calidad.

Valores

Honestidad

Actuamos siempre con fundamento en la verdad, cumpliendo mis deberes con transparencia y rectitud y siempre favoreciendo el interés general.

Respeto

Reconocemos, valoramos y tratamos de manera digna a todas las personas, con sus virtudes y defectos sin discriminación, sin importar su labor, procedencia, títulos o cualquier condición.

Compromiso

Somos conscientes de la importancia de nuestro rol como servidores públicos y estamos en disposición permanente para comprender y resolver las necesidades de las personas, buscando siempre mejorar su bienestar.

Diligencia

Cumplimos con los deberes, funciones y responsabilidades asignadas al cargo de la mejor manera posible, con atención, prontitud, destreza y eficiencia, para así optimizar el uso de los recursos de la Institución.

Justicia

Actuamos con imparcialidad garantizando los derechos de las personas, con equidad, igualdad y sin discriminación.